La comida de mi casa

No me lo van a creer, pero el huevo duro que estaba cocinando para prepararme una deliciosa ensalada nicoise, se acaba de reventar. En mi cocina ha sonado un boom, me he levantado a ver qué pasa y he notado que por un minúsculo agujero, se escapaba un hilo delgado de clara y se solidificaba en la superficie del agua hirviendo, formando la figura de una bailarina de ballet con su tutú pomposo.
Es verdad, ¡le pasa hasta a la editora de una revista de cocina que día a día recibe los consejos de los más afamados chefs en Colombia! ¿Descuido? ¿Un mal día? No importa, son cosas que pasan y hay que perdonar.
En esta ocasión quiero compartir con ustedes las primeras recetas con las que hemos comenzado el año mi esposo y yo. (Mientras tanto, cortaré unas rebanadas de queso manchego y las disfrutaré conscientemente, es decir, con todos mis sentidos puestos en su cremosidad, olor penetrante y un sabor sutilmente amargo).
Una vez montados los platos, les  tomamos  fotos con el I Phone, los bautizamos y los maridamos con los vinos de nuestra cava.

El ceviche de Javier 

Inspirado en el coctel de camarones de la playa de Los Morros de Cartagena que Javier, un vendedor de un carrito de ceviches, nos preparó con una sonrisa y un toque de picor. Ideal para una fría noche bogotana en donde lo que más añoramos es la brisa del mar.

Corte media cebolla morada y medio tomate en cubos pequeños y mezcle con un poco de jugo de limón, pimienta negra recién molida, sal y unas gotas de tabasco. Mezcle bien. Corte 1/4 de pimentón rojo en tiras delgadas, abra una lata de atún en aceite, escúrrala y mézclelos con la preparación anterior. Agregue un par de cucharadas de salsa de tomate y un toque de mayonesa. Prepare una cama de lechugas en un plato hondo y sirva la preparación. Es cierto, no tiene camarones y no es producto fresco, pero nos recuerda al mar cuando estamos a 2.600 metros más cerca de las estrellas.



Hamburguesa casera
Inspirada en un domingo soleado, acompañada de un vino tinto y papitas richi salteadas en mantequilla. 
Vino: Santiago Graffigna 2007

 Últimamente estamos aficionados a Codabas. Conseguimos los productos que necesitamos y queremos, y a muy buenos precios. Nuestro proveedor de fruver es Alex, su puesto se encuentra entrando a mano derecha. Siempre sonriente y ágil, nos regala las naranjas y las berenjenas, y nos ofrece jugo de mandarina fresco mientras hacemos mercado. Luego pasamos por Santandereana de carnes y compramos carne molida de excelente calidad. Ya en casa, prendimos la parrilla y mientras tanto, marinamos la carne con pimienta, sal, un poco de ajo y páprika. (La banda sonora era un recorderis de La Hora del Gato: Just the two of us de Grover Washington Jr. & Bill Withers). Armamos las arepitas el doble de generosas que una Todo Terreno de El Corral y las pusimos a la parrilla. Shhhhhhhh...Mientras tanto, cortamos el tomate milano en tajadas medianas, la cebolla cabezona en anillos -los cuales caramelizamos en la parrilla-; doramos el pan, tajamos el mozzarella en lonchas medianas (que van sobre la hamburguesa unos minutos antes de que esté a término medio). Lavamos hojas de lechuga lisa y alistamos las salsas: un alioli con mayonesa casera y ajo, mostaza National Hebrew (nuestra favorita), salsa de tomate y Mostaneza. Aparte, cocinamos las papas richi en agua, las escurrimos y luego las salteamos con mantequilla. La armada es fácil: pan, hamburguesa, lechuga, tomate, sal y pimienta, cebolla caramelizada, salsas y tapa de pan. Servimos el Santiago en las copas, ¡y a disfrutar! Entre más sencilla es la cocina, es más deliciosa, es más relajante.

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