El reto del chef Simon

Además de ser carismático y versátil, este chef gringo (aclárese que en Colombia a todo extranjero de pelo rubio se le llama gringo) tiene “don de gentes”, espíritu sencillo, un exquisito humor inglés, estilo descomplicado y lo más importante: es humilde de corazón.
Además, ha sido el único chef que retomó el legado que el escocés Kendon McDonald (que no era ni carismático, ni sencillo y de humor bastante negro) dejó plasmado en sus columnas dominicales en el periódico El Tiempo, en su intento feviente por hacernos valorar nuestra cocina colombiana. De nuevo, un extranjero –esta vez suizo- crea conciencia entre los colombianos, haciéndonos un llamado a valorar y retomar la cocina colombiana como ese patrimonio cultural que es.

Formado entre colosales cocinas de hoteles y acostumbrado a manejar brigadas de cientos de personas, lo conocí por primera vez en el restaurante del hotel Sofitel de Bogotá igual de sonriente, mamagallista, con buena vibra y gran conocedor de su quehacer. Luego, supe que fue de chef de cruceros y posteriormetente, del Sofitel Santa Clara en Cartagena.
Después, nos encontramos de nuevo cuando lo invité a que se le midiera a un reto para mi revista, Cocina Semana. Simon tenía que prender una parrilla en pleno Parque de la 93, y hacer y vender la mayor cantidad de pinchos colombo-suizos por $5.000. Recuerdo que para acompañarlos, preparó una mayonesa casera de cilantro deliciosa que aún no olvido.

Sin embargo no estuve de acuerdo con ese reto. Julito, en su afán por presentar de una forma diferente las empanadas heredadas de su bisabuela, las rellenó de atún, así es: de atún en lata. Es en este momento donde me senté a reflexionar acerca de qué tan abiertos debemos estar al momento de cambiar nuestras recetas, -patrimonio cultural de nuestro país- por el solo hecho de retar a Simon.
Otro sinsabor fue durante el reto en el parque Tayrona. El plato era pargo frito acompañado de arroz con coco. Simon presentó unos chicharrones de pargo insuperables y aplaudidos, pero al arroz con coco tan caribeño y tan nuestro, lo convirtió en risotto y le agregó crema de leche y queso parmesano. En esta ocasión ganó el reto pero me quedó la espinita.

Reto al chef es el mejor programa de cocina colombiana que tenemos en este momento. No lo superan ni Cocineros al límite de los Rausch ni Gastrosophia de Tulio Zuluaga, ni Comando Chef de Tulio Zuluaga (¿otra vez?).
En fin, no es que yo sea conservadora en términos culinarios o proteccionista extrema de la tradición culinaria de un país, pero mi posición es, como lo dice el refrán: “una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”. Ponernos retos en la cocina es enriquecedor y un ejercicio creativo de todo cocinero (esa es la primera cosa), pero agregarle parmiggiano italiano al coco caribeño es otra cosa.

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